Salud: La vida no es de excesos, ni de restricciones


Un estudio de la Universidad de Chicago afirma que si abusas un día con tus alimentos favoritos, no tienes porqué castigarte después restringiendo tu dieta.


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Suele ocurrir que con las invitaciones a un cumpleaños o las salidas de fin de semana, comes más de lo que necesita tu cuerpo. Primero disfrutas y al día siguiente te restringes con muchos de los alimentos porque crees que así lograrás devolverle el equilibrio a tu cuerpo.Lo mismo ocurre cuando te propones ejercitarte con frecuencia pero olvidas hacerlo un día, pero al siguiente abusas de la actividad física. Una vez más, crees que actúas bien porque con el esfuerzo adicional lograrás abarcar el que no hiciste antes. Si eres es de las que piensa así te tenemos una noticia: ¡estás equivocada!
La Universidad de Chicago publicó en 2012 una investigación sobre los hábitos de consumo y ejercicio. Entre los resultados destaca la importancia de practicar una actividad física 30 minutos diarios, 5 veces a la semana. Si no se logra, no hay que martirizarse, se debe retomar esa práctica al mismo ritmo de antes.
Lo mismo pasa con la alimentación. Debes tener claro que no hay alimentos buenos o malos, solo dietas mal balanceadas y por eso los investigadores estadounidenses concuerdan en que es válido darte esos lujos, siempre y cuando no sea la regla, sino la excepción.
"Es posible comer sano y rico al mismo tiempo; lo esencial es realizar actividad física de forma regular y mantener una alimentación balanceada", destacan los investigadores.


Psicología del plato .
¿Cómo disfrutar sin sentirte mal después?Si hay algo que los seres humanos nunca han podido separar a lo largo del tiempo es la sicología que hay alrededor de la comida. Los investigadores afirman que comer siempre va ligado a los sentimientos, por lo que debes aprender a lidiar con ellos. Si eres aficionada a algún alimento y llevas tiempo de no disfrutarlo, date la oportunidad, tómalo como una forma de consentirte por algún esfuerzo. Tu cuerpo te lo agradecerá.
Al día siguiente, continúa tu vida normal. No busques el mismo alimento que tanto te gusta sino que programa una fecha para volverlo a probar. Cuando llegue ese día, aplica la "psicología del plato".
Esta consiste en servirte la comida en platos pequeños, así lo verás lleno y quedarás satisfecha fácilmente. Lo contrario ocurre cuando te sirves la porción en platos grandes que quedan vacíos en su mayor parte. Eso lo que provocará es que quieras más porciones porque "visualmente" sentirás que te dieron menos.

Si sientes un deseo muy grande por volver a comer más de lo que tanto le gusta y llegas al acuerdo de hacerlo, los expertos recomiendan que incluyas también otros grupos nutritivos como los vegetales, lácteos o frutas. Eso te permitirá quedar satisfecha con mayor rapidez.

El ejercicio es para disfrutar

Existe evidencia científica que asegura que la actividad física libera las hormonas que te dan alegría y te permiten aspirar a metas mayores de las que hubieras pensado en un inicio. Pero, ¿qué pasa si un día no practicas ejercicio? Lo que no deberías hacer es intentar sumar el ejercicio de dos días en uno solo.

Los expertos concuerdan en que esa misión de sumar cargas en un solo día lo único que lograrás generarle a tu cuerpo es agotamiento. Si acostumbras salir a caminar o ir al gimnasio y un día te sientes cansado, descansa. Al día siguiente ve y practica una jornada normal, no una doble.

Evita hacer más ejercicio del que acostumbras porque esa será una señal para el cuerpo de que hay peligro y se debe "sobrevivir". En esas circunstancias quemarás menos calorías y más bien se guardarán para poder seguir "operando".

Recuerda que la felicidad en esta vida radica en poder alcanzar los equilibrios sanos en los que los alimentos y la actividad física serán tus aliados y no sus "perseguidores".

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